La furia del vikingo

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Cuando estaba en el Municipio de Chihuahua tuve una breve temporada (algo así como el 99.9 por ciento de todo ese tiempo) en el que me volví muy afecto a las bebidas espirituosas; siempre pensé que perdía mi tiempo escribiendo burradas; no obstante intenté no bostezar y hacer algo al respecto y escribía boletín tras boletín: la gente amaba mis boletines. Llegó el momento en que tenía un machote en el que vaciaba todos esos maravillosos boletines. Seguir leyendo

Acerca de las razones por las que ya no se puede follar en la oficina y por qué los judíos, otra vez, se tienen toda la culpa

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Hace unos minutos encontrábame yo follando muy a gusto con la licenciada Guzmán: la tenía a cuatro patas y la tomaba del cabello (usa cola de caballo) cuando, de pronto, la cámara comenzó a chillar.

Para esto se suponía que esa pinche cámara, marca Steren (esa tecnología chafa israelita, más barata que la china) nada más miraba hacia un lado; pero no, resulta que se puede mover con un celular, y hasta micrófono y bocina tiene.

—¡Elko! ¿Qué estás haciendo? Seguir leyendo

De bergamota

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Lo cierto es que la gente que toma té son puros maricones (seguramente son comunistas y apoyan la ideología de género y la ridiculez del lenguaje inclusivo, Wotan los maldiga): los machos, los «vatos» meros machos, tomamos café, con un chorrito de whisky, eso en el desayuno; más tarde unos nueve tragos de absenta, del hada verde porque, como diría Wilde, ¿cuál es la diferencia entre un atardecer y una copa de absenta?

Además los comunistas no son muy amigos de ducharse a diario.

El caso es que en la oficina (cuando andaba en oficinas porque ahora soy independiente y vivo de mis rentas) siempre me vieron haciendo mezclas con una bola de hierbajos y el licenciado, usualmente, me pedía que le preparara un té de mis horripilantes brujerías (me hubiera gustado meterle un poco de amanita muscaria para ver qué cara ponía; pero siempre preferí reservarla para mi uso personal).

—¿Y ahora de qué es, Elko?

—De bergamota.

Todos brincaron y se subieron a sus escritorios, espantadísimos.

—Además, fíjese usted en la marca: earl gray (el señor gris, que es uno de los nombres de Odín).

Nadie quería el té y yo me la pasaba, ufano, por toda la oficina, luciendo el enorme leviatán que habita entre mis piernas, mientras las chicas me aplaudían: ellas sí querían el té.

El caso es que….

Bueno, otro día les cuento.

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Cosas que colecciono

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

La mini réplica de la espada de Conan (interpretado por el Chuache) es de Marto (un taller español que mantiene la tradición de crear espadas con alma de hierro, el mejor acero del mundo). Tiene su certificado de autenticidad y unas runas falsas, grabadas sobre la hoja, que dicen: «Suffer no evil yee who wield this in the name of Crom» (no sufrirá mal quien blanda esta espada en el nombre de Crom).

El alebrije (una rana con estrellas) está hecha de pasta de papel. Los alebrijes fueron creados por un artesano mexicano indígena quien, a punto de morir, en su agonía se imaginaba esos bichos y escuchaba la palabra «alebrije». Seguir leyendo

El «vato» del Oxxo

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

I

Me encontraba frente al Facebook, escribiendo un montón de majaderías y peleándome con los comunistas mientras escuchaba The Valley, de Diary of dreams, cuando me di cuenta de que se habían acabado los cigarrillos y el licor.

Fui al Oxxo y habían puesto a un tipo feo, antipático y torpe: le pedí dos cajetillas de Marlboro Light, de esos cigarrillos chiquititos, una botella de aguardiente y unos cacahuates.

—Son 206 pesos —me dijo esa garrapata con un bigotillo espantoso —. ¿Traerá los seis pesos?

Sí que los traía; pero no me dio la gana dárselos. Seguir leyendo

Ecce homo

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Dicen las malas lenguas, y de esas hay muchas, que Sócrates, un plebeyo insufrible y gritón al que le gustaban los jovencitos y despreciaba a su mujer por fea y gruñona (si bien la pobre Xantipa llevaba adelante, de alguna manera, la modesta casa del interfecto), se dice pues, que una vez afirmó, categórico: Seguir leyendo

Consideraciones filosóficas ante el retrato del Divino Marqués

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Al descender de la Casa de la Cerda, matrilinealmente, sospecho que estoy emparentado con Donathien Alphonse François, marqués de Sade y, por lo tanto, con la Divina Laura.

A la anterior conjetura puedo sumar el extremo parecido que tenía “El Divino” con mi persona, cuando yo era joven y no usaba barbas (si bien no me tocó la época de las pelucas, los lunares y el talco en el rostro). Seguir leyendo

Profundas reflexiones para resolver el problema indígena en México

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

 

Nota del editor: para no herir la susceptibilidad de los lectores se incluye a un chico caucásico en lugar de meter a un indígena, pues de lo contrario se rompería la estética del blog.

Publicar libros auto editados o, Dios no lo quiera, en una editorial universitaria o de gobierno, es no haber publicado, y es que esos libros están buenos para sostener la pata de una mesa coja, o para el calentón.
—»Oyes», te pasas, «neta».
—Lo siento, querido, es que como miembro de la izquierda exquisita soy… totalmente Palacio. Seguir leyendo