Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Y cantas ¡Oh diosa!,
poemas llenos de tristeza,
poemas nunca suficientes
de sombras que tocan a la puerta.
No puedes detener
ni un momento la guadaña,
porque la locura
de los olímpicos
es mirar nuestras pasiones,
y los recuerdos bailan
en mi cabeza
y se van atrás,
hasta los primeros días
del sueño y de la Aurora.