Por: Elko Omar Vázquez Erosa
—El eje universal es una flor de loto, Rudrik —dijo Sviatoslav, el atemporal, y le acompañó a la orilla de un pétalo, y Rudrik vio espirales de fuego y estrellas donde las viejas divinidades…
—¿No me vas a decir? —preguntó Rudrik. Sviatoslav calló, y fueron a la orilla de otro pétalo para ser testigos del monótono ir y venir de animales cubiertos con escamas doradas que nadaban en el silencio eterno.
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