Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Alarma la codicia de unos cuantos, codicia que pone en peligro a todos los seres vivientes del planeta con la atroz deforestación que sufre la selva del Amazonas; con la tala de distintas especies en México para satisfacer al sector maderero y al mercado del aguacate ante la complacencia de las autoridades; con la desaparición de ingentes cantidades de hectáreas de bosque en Borneo para dar paso a plantas de palma aceitera.
Desde tiempos inmemoriales los árboles han sido sagrados para diversas sociedades: en Mesopotamia y Babilonia el Kiskanu era el árbol cósmico y se le representaba como una palmera, mientras que en el Antiguo Egipto el sicomoro estaba dedicada a la diosa del amor y la belleza, Hathor, así como a las diosas Nut e Isis; a esta última se le conocía como “La dama del sicomoro”. Seguir leyendo