Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Aunque no es infrecuente que los escritores mueran por el abuso de la bebida Honoré de Balzac es quizá el único que ha muerto por ingerir demasiado… café.
Acosado por las deudas luego de lanzarse a negocios y fantásticas especulaciones que lo dejaron en la ruina el gran novelista se propuso ser el Napoleón de las letras y retratar todos los aspectos de la vida de la ciudad por excelencia: París. Seguir leyendo