Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Jesús subió varios paquetes de carne al carrito del mandado, que ya rebosaba de latas de cerveza y cajetillas de cigarros, pero al llegar a las cajas se puso a ver las revistas y por más que Julián y Arturo le llamaban para que cooperara con la cuenta era como si a Jesús le hablara la virgen y consiguió hacerse pato.