Por: Luis Arcas González
2 de octubre de 2018
Sangre, huelo a sangre y soy gran fumador, que apenas huelo.
Ese olor que me llega no es de una nariz rota ni de una brecha por un golpe en la cabeza… Huelo a ríos de sangre de gentes que desean darla por no sé cuál ideal… Ojalá me equivoque.
Si creyera en Dios, rezaría por ellos. Seguir leyendo