Por: Luis Arcas González

2 de octubre de 2018

Sangre, huelo a sangre y soy gran fumador, que apenas huelo.

Ese olor que me llega no es de una nariz rota ni de una brecha por un golpe en la cabeza… Huelo a ríos de sangre de gentes que desean darla por no sé cuál ideal… Ojalá me equivoque.

Si creyera en Dios, rezaría por ellos.

Más tarde (que Luis andaba desvelao)

Reflexión personal sobre una persona que, posiblemente, nunca leerá.

Rosa María Mateos… después de tantísimos años viéndote en los telediarios que de joven tú y más yo llegué hasta desearte de guapa que eras y sigues siendo y, sobre todo, imparcial, dando noticias sin añadir un ápice de tu opinión personal. ¿Cómo te has prestado, a tus 76 años, a hacer lo que estás haciendo? ¿Es por dinero? ¿Por venganza? ¿Tanto tuviste que aguantar a tus jefes y compañeros?

¿Por ideales socialistas y comunistas que siempre callabas y ese dolor lo ocultabas en silencio como quien sufre almorranas?

¿Cuántos años te quedan por vivir?

¿Quieres que se te recuerde como esa periodista impoluta y magnífica que dio su vida por informar, sin que se le moviera un pelo de su cabeza, o prefieres un poco de poder efímero y ser recordada como una Stalin de la televisión pública, con sus correspondientes purgas?

Creo que ya has elegido; pero siempre, en el equívoco, hay un punto donde se puede rectificar.

No me decepciones más, por favor.

Besos de un admirador.

4 de octubre de 2018

Llevo muchos años guardando mi secreto; pero ya no puedo más y os lo voy a contar:

Hace unos 800 millones de años, a unos meses luz, chocaron dos súper meteoritos cuya composición estaba constituida por casi todos los elementos existentes en la tierra, y otros que no.

La colisión fue tan brutal que ambos se fusionaron y alcanzaron una temperatura tan enorme que se convirtieron en un magma que se difundió a casi la velocidad de la luz en minúsculas gotas que contenían cada una todos esos elementos, terrestres y extraterrestes: eso ocurrió antes de la formación de la tierra.

Pasada una barbaridad de tiempo y ya creada la tierra y evolucionada, es decir, hace 30 años, uno de esos corpúsculos llegó a la tierra.

Me pilló en pensamientos profundos: ¿Están más buenas las rubias que las morenas, o al contrario?

Y me llegó.

Un objeto del tamaño de la milésima parte de la punta de un alfiler impactó en mi cabeza a una velocidad superior a una bala del calibre 9 mm., y penetró en mi cerebro.

Yo, que era de hueso grueso y cerebro espeso, conseguí parar al corpúsculo, que quedó atrapado cerca de mi locus coeruleus y allí difundió todos sus componentes por mi masa encefálica.

Espero que ahora comprendáis por qué soy tan insoportablemente inteligente, que paciencia os tengo mucha.

Podría haber sido rico, Nobel, premio Planeta, etc., y nunca quise mi reconocimiento como el ser más inteligente y capaz del planeta.

Lo que me duele es que, sin pretenderlo, ahora no podría ser presidente de España porque las gentes se emboban con los torpes y cortitos y a los pocos, como yo, no nos entienden.

Si estáis ahí y me leéis… sabed que soy la resistencia.

Más tarde (Luis se levanta de su cama y va a por otro cigarrillo, y a por otra copa de merlot)

Acabo de sufrir un ciberataque.

Los servicios secretos de inteligencia rusos se han apoderado de todos mis sistemas informáticos.

De mi única cuenta bancaria que tengo me han birlado los 300€ que tenía para acabar el mes. Hasta el que viene comeré papas saladas y unas pocas de lentejas al día, que aún me queda una bolsa de 500 gr.

Lo peor ha sido que la mayor parte de mis escritos los han copiado y borrado los originales. Ya estoy viendo cómo aparecen por internet, firmados por Vladímir Vladimírovich Putin, miniputín.

Es que este hombre, como chiquitillo que es, tiene mucha envidia. Recordemos a Hitler, Stalin, Napoleón, Franco, Julio César, Gengis Khan, y demás dictadores de la historia, que eran también chiquititos.

Si os pide amistad por Face uno con mi nombre; pero con fotos de dachas rusas y os habla de socialismo, no lo aceptéis, que es miniputín, o Pedro Sánchez, que es alto, pero chiquitito de mente (YO SOY EL PRESIDENTE DE ESPAÑA x 252.540 veces repetido).

15 de octubre de 2018

Noche.

Noche oscura de lluvia fina y aire frío que llega al hueso.

Paseo solitario enfrentándome a ellos, y ellos vencen.

Frío y cuerpo mojado que acompañan mi hundimiento.

Esta noche no está ella… y me falta.

Hace poco, unas horas, que se fue y ya es todo un milenio… y me falta.

Y llego a casa y me falta.

Y me falta.

No tengo su risa, no tengo su abrazo, no tengo su compañía, no la tengo… y me falta.

Y siento la culpa como una losa que me aplasta.

¿Por qué no luché más por ella?

¿Qué me faltó para que no nos separáramos?

¿Por qué abandoné esa batalla?

¿Por qué fui tan cobarde?

Y tanta pregunta, tanto auto reproche, me empequeñecen… porque tal vez es lo que merezco.

Vivir sin ella es un castigo, que no sé si me busqué por orgullo o inconciencia en mis actos, en mi vivir.

En todo caso ella nunca se mereció mi ausencia y, a pesar de ello, me sigue queriendo de una forma tan intensa que hace que me avergüence.

Pasa el tiempo, a veces años, y cuándo me ve se le iluminan los ojos y sonríe de una forma que parece que hace un rato que me vio y me hace sentir que estuvimos juntos ayer, y bromea y me esconde mi bolsito de viaje y me besa, y me abraza, y se me echa encima, que casi me tira al suelo, y mirándome cerca, muy cerca, ojos contra ojos, me dice: «Papá, te quiero».

16 de octubre de 2018

Más gallego no se puede comer… bueno, sí, mariscada; pero eso es para ricos.

Qué conste que verlas las vi, y disfruté mucho segregando jugos gástricos y ensalivando mi boca. Otra forma de placer más modesta.