Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Arpa ondeante de las aguasSeguir leyendo
en tonos verdes y azules
que reflejan el paso
de las naves,
los prados y las casas
de la orilla.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Arpa ondeante de las aguasSeguir leyendo
en tonos verdes y azules
que reflejan el paso
de las naves,
los prados y las casas
de la orilla.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Y cantas ¡Oh diosa!,Seguir leyendo
poemas llenos de tristeza,
poemas nunca suficientes
de sombras que tocan a la puerta.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
—El eje universal es una flor de loto, Rudrik —dijo Sviatoslav, el atemporal, y le acompañó a la orilla de un pétalo, y Rudrik vio espirales de fuego y estrellas donde las viejas divinidades…
—¿No me vas a decir? —preguntó Rudrik. Sviatoslav calló, y fueron a la orilla de otro pétalo para ser testigos del monótono ir y venir de animales cubiertos con escamas doradas que nadaban en el silencio eterno.
Seguir leyendoPor: Elko Omar Vázquez Erosa
El rey, transformado en cuervo,Seguir leyendo
recorrió los paisajes ilimitados
de un mar que conducía a la dicha
de la Fata Morgana,
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Ausencia, me matas,Seguir leyendo
llena de terrible carmesí,
bruja escarlata de los besos
que olvidé en la estación lejana.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Anoche fui un vampiro; hoy, sólo un exiliado en arrabales.
La loca del 35 grita histéricamente, las botellas derramadas por el piso juegan con un universo de colores, con un cuerpo blanco y una maraña de cabellos, y de entre todos los colores, el escarlata.
Seguir leyendoPor: Elko Omar Vázquez Erosa
La piel fue mi primera obsesión. Recuerdo las fiestas y los banquetes como las imágenes de un cantar cuyos hechos nunca hubieran sido míos. Después vino la poesía y los libros, y todos me llamaron loco. Después te fuiste…
Seguir leyendoPor: Elko Omar Vázquez Erosa
Como negros sacerdotes de la tristezaSeguir leyendo
fuimos a escuchar el viento
y escanciamos vino
para honrar a los fantasmas.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Te acostumbraste a pensarSeguir leyendo
de la felicidad
como algo que siempre
sucedía mañana.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
El cigarro, persistente: la misma marca que fumábamos y que me condujo a los recuerdos. Esa ventana de flores con el verano explotándome en el rostro, y en el ondeo lejano de la alberca, las impúdicas visiones de la noche.
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