Por: Elko Omar Vázquez Erosa
—Hemos detectado una publicación en tu muro que infringe nuestras normas. ¿Tú publicaste «esto»?
—No, mister Facebook. The devil made me do it!
—Probablemente no has leído nuestras políticas: estaremos encantados de explicártelas con pelotas y con dinosaurios.
—Está bien.
—De cualquier modo suspenderemos tu cuenta por un mes; si vuelves a incurrir en estos despropósitos repetiremos el castigo, ¿tienes qué decir algo a tu favor?
—Voy a ponerme el rosario para evitar estos deslices.
—El Consejo de Facebook está revisando tu solicitud, a más tardar en un mes te daremos una respuesta; mientras tanto no puedes publicar ni responder mensajes. Debes saber que a nadie le interesan tus opiniones de cerdo chauvinista y que únicamente toleramos a los de tu clase en lo que encontramos un método efectivo para su esterilización definitiva.
¡Nooo! Otra vez el exilio hacia las inhóspitas tierras de Twitter y Google Plus. A este paso me veré obligado a comunicarme directamente con mis semejantes, sin las convenientes medidas profilácticas que ofrecen las redes sociales: si tan sólo alguien inventara un control mágico para hacer zapping con el prójimo y que nada más se pusiera pesado uno de ellos yo pudiera desaparecerlo con el mentado control.

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Encantador escrito, ja ja ja me encanto.
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Gracias, Bony, besos.
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