
Los ojos de una buscona que, además de tenerlos menos bonitos que la dama a la que pretende fastidiar, reflejan su arribista naturaleza.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Ellos huelen a incienso, se hacen de cruces frente a esos gallineros que llaman iglesias y luego se van por ahí.
Los hipócritas son como el hierro y el imán y se mienten a sí mismos:
Él: Yo no quisiera volver a casa.
Ella: No vuelvas, sabes que la otra te fastidia.
Él: Es la madre de mis hijos, yo no te he prometido nada.
Ella: Pero…
Él: ¡Pero nada, rediez!
Y así las cosas, porque se trabaja en una compañía que deja un dinerín que permite impresionar a una secre de Coahuila que compra en abonos su perfume fino, el bato llega y se las da del gallo que domina el gallinero (cosa muy fácil en algunos centros laborales).
El bato se va, promete volver, pero ella se queda encabronada y, merced a la facilidad de joder a los demás ella se las arregla para hackear, o conseguir datos de la otra, así que le habla a la otra:
Ella: Te dicen que te aman.
La otra: ¿Quién eres?
Ella: Yo.
La otra: ¿Qué te hice yo?
Ella: ¿Así que mucha poesía?
Mientras tanto él llega encabronadísimo a su casa, muy molesto porque no había paella caliente, y dice él:
Él: Oye, ¿estás enferma? ¿Estás mal de la cabeza? Otra vez hablando con poetas de mierda. Bien me dijo una amiga que estabas mal de la mente.
La otra: ¿Por qué vienes así? ¿Por qué te gastaste tanto dinero?
Él: ¿Serás estúpida? Un hombre necesita “gastos de representación”.
La otra: Tu amiga me ha amenazado vía el wasap.
Él: ¿Estás enferma? ¿Qué te pasa? ¿Es que aparte de estúpida te has vuelto paranoica?
La otra: Es que…
Él: ¡Es que ya sé que chateas con un poeta de mierda! Mira, no seas tonta, yo lo soy todo para ti y tú lo eres todo para mí. Por cierto, mañana voy a una junta, espero que tengas mis camisas.
La otra: Bueno.
Él: Oye, te hice un poema. Mira.
El tipo saca un papel arrugado que dice, a saber:
“Aquel caracol que va por el sol
y en cada ramita se echa un jaibol,
su esposa bonita prende un farol
planchando camisas
en un arrebol”.
El tipo se lava los dientes, se mira: sí, es un ejecutivo machín. Mañana será un buen día.
Él (mirándose al espejo con cara de mártir, haced de cuenta Jesucristo en la cruz, pobrecillo): Ya le dije que la quiero, que su lugar está en casa; además le traje una caja de chocolates. ¿Qué más quiere? ¿Qué más quiere? ¿Estará mal de la cabeza? ¡Carajo! Le voy a encargar a mi mamá, aunque ella dice que es una bruja de lo peor, que la vigile. Mamá sabrá qué hacer.
Ellos huelen a incienso, se hacen de cruces frente a esos gallineros que llaman iglesias y luego se van por ahí.
Un gusto pasar por acá nuevamente. Te nominé a un premio, saludos! http://matiasi.com/2015/02/07/nominacion-al-very-inspiring-blogger-award/
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Te agradezco. Voluptuosidad es tu casa, Vaitiare yo encantados de recibirte
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