Por: Elko Omar Vázquez Erosa
I
—Hijo, bájale a las tortillas: te estás poniendo gordo —dijo mi mamá y yo me enojé.
—¿Qué? ¿Gordo yo? ¿Pero qué te pasa, mamá?
—Bueno… llenito. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
I
—Hijo, bájale a las tortillas: te estás poniendo gordo —dijo mi mamá y yo me enojé.
—¿Qué? ¿Gordo yo? ¿Pero qué te pasa, mamá?
—Bueno… llenito. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Me encontraba nostálgico: ya sabéis, eso de que uno comienza a volverse viejo y recuerda los desastres juveniles, así que escuchando algo de música punk decidí hacerme un corte de cabello, un peinado y un tinte que representara la revolución anarquista en su más cruda expresión. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
En tanto que Voluptuosidad es la palabra se ha vuelto un vicio, sobre todo entre las altas clases sociales, el titular del susodicho blog se ha asesorado para encontrar la imagen que más le conviene, por lo que ha viajado a la ciudad de Nueva York, entrevistándose con los más prestigiosos fotógrafos, quienes le han dado tres opciones, a saber (ignoramos la foto fresona de arriba, que carece de carácter): Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Todo comenzó cuando llegué muy desvelado al trabajo, para variar.
Había un cheque enorme de esos de plástico que salen en la tele en ceremonias lacrimosas donde el alcalde le entrega un dinerín a una familia pobre y esas cosas, ya sabéis, y todo lo que yo quería era dormir sobre ese chisme, pero Dios no endereza jorobados ni cumple caprichos y se me apareció Juan Diego en calzones: Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
En México (no sé en otros países) la literatura está dominada por arrogantes grupos de izquierda. Creo que el destino de la literatura está en una bandera de pirata y en un emprendimiento personal: los bloggers llegamos para quedarnos. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Me encanta fastidiar a los burgueses[1]. Me temo que un día de estos me van a matar por ello. Mientras tanto os divierto:
Todo ocurrió en Temósachi, estaba yo muy ebrio y acababa de leer a Mafalda. Merced a una situación que se explica mediante la física cuántica (un día os explico esas fascinantes teorías) me vi de pronto en una habitación sombría de paredes gruesas, de piedra. Seguir leyendo