Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Mi bisabuelo por parte de padre, don Carlos Vázquez Torres, era un viejo de los de antes, de esos que ya no hay: un patriarca seco, enjuto, de cabellos y bigotes rubios, con un rostro perenemente adusto. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Mi bisabuelo por parte de padre, don Carlos Vázquez Torres, era un viejo de los de antes, de esos que ya no hay: un patriarca seco, enjuto, de cabellos y bigotes rubios, con un rostro perenemente adusto. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
“Crónica de un país bárbaro”, por más que se ignore, es a los chihuahuenses lo que la Iliada a los griegos, ya que si bien no se trata de un poema épico en el estricto sentido de la palabra, este texto busca reflejar las pasiones de un pueblo que se ha vuelto heroico a fuerza de luchar contra la adversidad. Seguir leyendo
Por: Maribel R. y Elko Omar Vázquez Erosa
I
—Espero que así aprendan a respetar a sus mayores.
—¡Sí, señorita Julia! —respondieron Isabel y Pedro al mismo tiempo.
Julia tomó el aviso de expulsión y estampó el sello del colegio a un lado de la firma de los padres de familia.
—Bueno, chicos, vuelvan a sus casas: no tienen derecho a estar en la escuela durante tres días.
Isabel y Pedro salieron con expresión compungida, misma que se transformó en una sonrisa radiante una vez fuera de la escuela.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Durante su visita al rancho «El Refugio» Miguel Ramírez se fijó en las calabacillas silvestres que crecían por doquier, del tamaño de una bola de billar, y me preguntó:
—¿Se comen?
—No, son muy amargas, pero pueden utilizarse para una buena batalla como las que desarrollábamos, en los buenos tiempos, mis primos Laura y Tito y mi hermano Ricardo y yo. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
I
—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mis tíos apaches! ¡Mis tíos apaches! —gritó Julius al vernos trepados sobre las bardas en calzoncillos y con nuestros disfraces de indios. Mi hermano Ricardo y yo le devolvimos el saludo a Julius (quien nos había adoptado como tíos) porque no hay que defraudar a los fans, pero seguimos de largo toda vez que nuestra jerarquía podría disminuir si nos veían juntándonos con niños más pequeños. De pronto vimos en el patio de los nuevos vecinos una prodigiosa colección de juguetes exóticos. Seguir leyendo