Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Deambulo por las calles silenciosas,
los sicomoros pierden las hojas
y yo escribo de mi soledad,
de esta melodía sin esperanzas.
Busco refugio en mis horas de sed
y desde el frío, sucio cristal,
miro las luces de la autopista
cuando huyen a la par de mis sueños.
Sabes que un día me olvidó la dicha:
me he vuelto un puñado de jirones
preguntándose cada “por qué”
en la inmensa ciudad de la tristeza.

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