Por: Elko Omar Vázquez Erosa
El mago, desesperado,
pronunció el hechizo,
y la mujer durmió
y los cabellos rubios
le cubrieron la frente,
y las puertas se cerraron,
y las rejas también.
Cayó la nieve
y con el paso de los siglos
que contaba la clepsidra
gota a gota,
los poetas la imaginaban
de cristal.
Según el libro de los sueños,
que se guarda en la isla
de la Fata Morgana,
la mujer despertará
con otro rostro.