Por: Elko Omar Vázquez Erosa
De pronto descubro
que no tengo ya nada que decirte,
que el tiempo
se fue llevando las palabras.
De pronto este silencio,
esta cautividad en el reloj de arena.
De pronto callas
—no me devuelves el poema—
y eres fría, difuminada,
lejana, impersonal.

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