Rigo es amor

rigo es amor

Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Se dice que en la Universidad Autónoma de Chihuahua, UACh (una especie de Universidad de Miskatonic), como en todas las universidades, se aloja una serie de parásitos que, merced a sus relaciones políticas, que no a sus méritos, medran, y hasta pasan por grandes intelectuales en las fiestecillas donde se bebe vino barato y se dicen cosas como:

—Oh, si, querida, “nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza”.

Por alguna desconocida razón se cita al mercachifle de izquierdas de Mario Benedetti (y a los universitarios no les da pena citarlo) como si se tratara de un escritor serio, y eso que el buey jamás vendió un Ferrari, ni creó los siete hábitos de las personas altamente efectivas (jodido estoy entonces), ni supo volverse rico, como decía Napoleón Hill.

El caso es que Armando Molina, un tipo de esos que desde chiquitos hacen pesas (y que parece un gladiador romano de pura cepa) fue convocado por el maestro Heriberto Ramírez Luján, a fin de que le sirviera de guarura.

Se trataba de ir a ver cuántas propiedades más le habían robado a la Universidad los putos políticos metidos a rancheros, e incluso los paracaidistas. Supongo que para hacer un escrito que habrá de dormir, si es que a Heriberto se le ocurre redactarlo, o si alguien le echa la mano, en los sacrosantos estantes de las bibliotecas de la UACh.

Total, y a mí no me consta, pero me dijeron las malas lenguas, y de esas hay muchas, que se fueron de viaje bebiendo cerveza y comiendo chicharrones con Salsa Valentina hasta llegar a los ranchos de la Universidad ante cuyo lamentable espectáculo el maestro Heriberto exclamó:

—¡Ah, qué caray!

Armando Molina guardó silencio ante el justo lamento del prócer, que lloraba la pérdida del territorio de los magos a manos de los pendejos.

Muy compungido el maestro, que había cumplido su misión, le dijo a Armando que manejara el vehículo de regreso y, para aderezar su pena, sacó una bolsita llena de mariguana y se forjó un porro.

El maestro iba muy seguro con su guarura pero, en un retén los paró una bola de indios bien chiquitos, pero con unas AK-47 enormes: se trataba ni más ni menos que del Ejército Mexicano y las pesas, el poder personal, y cualesquier idea que vosotros tengáis acerca de la raza aria (a la que ciertamente no pertenecía el maestro Heri), en ese momento valían madre.

—A ver mi comandante, estos pinches chihuahuitas vienen fumando mota —dijo un enano oaxaqueño que portaba un riflote y que se paseaba, ufano, en medio de la carretera.

—¡No se vale! ¡No se valeee! —protestó, justamente, Heri, quien recordaba las sacrosantas disposiciones de nuestro queridísimo presidente, “DON” Vicente Fox Quezada, acerca del derecho de portar cierta cantidad de drogas ilegales para consumo personal, que no para su cochino comercio.

—Además “semos” gente de la UACh que andamos en una misión de reconocimiento.

El maestro Heri lo decía tan bonito, con tanta indignación, agitando sus hermosos cabellos que los milicos, seducidos, comenzaron a aplaudir, mientras cantaban:

—¡Rigo! ¡Rigo! ¡Rigo!

Hasta uno comenzó a cantar eso de “mi Matamoros querido, nunca te podré olvidar”. Ya se sabe.

—¡Vuelta! ¡Vuelta! ¡Vuelta!

Al maestro Heri, merced a su parecido con el tal Rigo Tovar, no le quedó de otra que danzar.

Finalmente los putos milicos, que en bola son buenos, decomisaron toda la cerveza (se precisa reconocer que les dejaron un six) y les permitieron retirarse, con mucho respeto hacia la UACh (hasta eso que esos cabrones reconocen la superioridad de los estudios).

—¡Ah! ¡Qué caray! —dijo Armando Molina, ya de regreso.

—Sí, qué caray. —coincidió el maestro.

Disponible en Amazon
Pulsar imagen
Anuncio publicitario

Una respuesta a “Rigo es amor

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.