Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Todo mi genio era nada ante las puertas del vacío absoluto y total. Fantasma era mi nombre: fantasmas lo días desesperados que en la lluvia te buscaban.
Por eso lloro, por eso te lloro… todos los instantes.
Ella tenía todas las preguntas y me hubiera encantado buscarlas a su lado, pero del día el camino orlado de penas y rutinas me vino la desgracia.
Ella me dijo que se iba de mi vida, y mi vida, que sólo respiraba en ella, se fue desvaneciendo.
Pero mi cobarde vida se revestía de colores, de humo y de licores, y pintaba del payaso siniestro las facciones.