Por: Elko Omar Vázquez Erosa

Duermo en la orilla del río,
en la caricia musical del agua
que sueña contigo.

Se carga el cielo de humedad
y vuelve perfume el adobe de las ruinas.

Vienen las historias de los viejos
en el aire,
las historias que se ocultaron
en la hierba
cuando comieron los gusanos
sus palabras.

La tormenta va esculpiendo tu rostro
en cantera de caminos,
horadando hasta la roca
para fijarle tu imagen con cincel.

Vista panorámica
en la vieja heredad de los abuelos,
silencio de los gritos que oía cuando niño
—se ve tan triste—.

Vienes a invadirlo todo,
siempre estuviste
entre las hojas del maíz,
en los surcos de la tierra,
en los valles y en los pinos…

…en los llorones que bajan sus ramas
al fondo del estanque,
en los antiguos corralones
que se desmoronan
y en las vigas que se caen
en pedazos.

Vienes a borrarlo todo,
lo que no pudieron
las revoluciones ni los siglos,
lo que ya a nadie importa,
la moneda que perdió todo su lustre.

Estoy como desnudo,
no sé quién soy,
tengo el hambre de los lobos,
el anhelo de corrientes subterráneas
por la luna.

Voy escarbando arena para olerte
porque tienes en la carne las memorias,
los perfumes de las diosas.

Voy persiguiendo
caravanas fantasmales
por los desiertos,
por los caminos de la sinrazón.

Modelo: Janet Vera

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