Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Tus ojos son abismos,
abismos que contienen la semilla
de días venideros,
la alegría ruidosa del guerrero
—destello dorado de la cerveza—
los salones humeantes
donde se dora al fuego
la carne jugosa del jabalí.
Nuestras vidas, con muerte entrelazadas,
son un canto que estalla en carcajadas.