Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Conocí a un vagabundo
crucificado en plástico y metal
—le gustaba hablar con los pájaros—
pero un día enloqueció
de tanto invocar
la nada triste y cansada
de un sueño.
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Conocí a un vagabundo
crucificado en plástico y metal
—le gustaba hablar con los pájaros—
pero un día enloqueció
de tanto invocar
la nada triste y cansada
de un sueño.