Por: Luis Arcas González
Nota del editor: Instantes luminosos que incluso recuerdan al Siglo de Oro, perlas de sabiduría, relámpagos de inspiración y filosofía, todo ello encontrará el lector en las notas del maestro Luis Arcas.
6 de enero de 2012
Este papel blanco es el envoltorio que envuelve al envoltorio.
A veces, a lo largo de la vida, es frecuente que nos fijemos mucho en el primero o en el segundo, cuando lo importante está dentro y, ni si quiera ahí, porque lo que envuelven es un mensaje, un «te quiero».
Melchor, “El Barbas Blancas”.
7 de enero de 2012
Me despertó el sonido estruendoso de golpeos a muebles que, al moverse de sitio, chirriaban en su arrastrar por el suelo. Mi cama tembló durante un momento y oí ruidos de animales que bramaban. Poco después, la calma. Más sonidos de sorber agua y unos hombres hablando en un idioma que no entendía. Me quedé inmóvil en mi cama intentando parecer dormido.
Por la mañana me levanté temeroso y entré despacio en el salón de mi casa: los muy cabrones se habían bebido todo el agua que les puse, unos vasos de leche y dos botella de JB.
Estos Reyes Magos y sus malditos pajes están cada vez más pasotas. Encima no me han traído el Escalestrix que les pedí. El año que viene les esconderé las botellas de whisky por chulos y malos.
Que les den.
21 de enero de 2012
Cuando sea mayor voy a tener un coche impulsado por energía magnética que correrá a 2000 km/h y se desplazará entre 2 y 10 m. de altura del suelo. Así no podrán hacerme pruebas de alcoholemia ni me pillarán los radares. Siempre llegaré el primero («¿Quedamos a tomar café en Sevilla?» «Vale, vete yendo “pallá” que yo salgo dentro de una hora»). Además, como seré el único que lo tenga la administración no estará preparada para cobrarme impuesto y las multas todas recurribles y ganables. La gente dirá al verme pasar «¿Es un roplano, es un “vión”? ¡Nooo!, que es Luis Arcas en su supercoche magnético único en el mundo, patentado por él.
Los envidiosos se suicidarán a mi paso porque, definitivamente les he ganado, y quedarán poblaciones enteras esquilmadas poblacionalmente hablando por la pura endivia que reconcome.
Y que sepáis que esto del coche es un tontería solemne comparado con otras cosas que pienso hacer cuando sea mayor, ¡ea!
27 de enero de 2012
Cuando sea mayor voy a construir una máquina con dos puertas. Metiendo un cerdo por la primera saldrá por la segunda todo un exquisito conjunto de chuletas de Sajonia, Jamón York, salchichas de Viena, etc. Probado un trocito de, por ejemplo, jamón York, si se nota que está salado, se introducen todos los alimentos por donde han salido y por el otro lado saldrá el cerdo entero, eso sí, faltándole el trocito que se probó.
Así, dispondré una dehesa de fina hierba donde pasearé rodeado de un montón de cerdos, terneros, ovejas y me lo pasaré chupi porque todos ellos serán mu resalaos.
¿Y la máquina? Ya que preguntáis os diré que le cambiaré determinadas piezas y la convertiré en un coche impulsado por energía magnética que correrá a 2000 km/h y se desplazará entre 2 y 10 m. de altura del suelo…
28 de enero de 2012
Cuando era joven y tuve mi primera novia, encargué dos alianzas de oro con el nombre de cada uno grabado en el interior del anillo del otro.
Ese verano, en la playa de Fuengirola, a ella se le salió el anillo en mar y lo perdió. Lo busqué buceando hasta la extenuación y me rendí.
Al volver a Córdoba, en casa de ella, tiré el mío al váter con el deseo de que, arrastrado por las conducciones de agua primero y después por el río, llegara al mar y se juntara con el perdido para estar en el fondo del mar, juntos para siempre.
Tenía entonces 17 años.
Más tarde…
Acabo de terminar de ver la peli «Inmortals». Lucha cruenta entre hombres, dioses y titanes (todos ellos con tableta de chocolate).
Tengo la adrenalina por las nubes. Vengo aquí deseando matar a un montón de gentes de manera sanguinolenta y morir por alguien o por algo, o sea que cuidadín esta noche conmigo.
29 de enero de 2012
Miro la nevera de manera minuciosa y encuentro objetos y seres ignotos de los que ya casi desconocía su existencia ¿Cómo puede un ser humano llegar a ser un creador de mundos?
Una lágrima corre por mi mejilla derecha seguida por dos más por la izquierda. Me siento bien. He creado vida.
Allí veo a una colonia de hongos que se interrelacionan en su submundo de un resto de costillas estofadas con patatas, que para ellos es todo su universo. Tiene una antigüedad de dos semanas de vida y me da que se están organizando en una estructura política laica y, ya aprenderán, un poco socialista.
Por otro lado veo salir unas burbujitas en ese bol de habichuelas que durante tres semanas pensé cómo tirar porque contenía líquido y, entre el sólido, huesos de cerdo (ni en la basura ni en el váter). Sé que esos gases lo producen millones de bacterias que viven gracias a mi esfuerzo de Dios creador.
También siento un ápice de organización entre ellas.
No digamos nada de esas latas con restos que no quiero ni mirar que llevan hasta meses. ¿Cuánta vida habrá en ellas?
No es que me sienta Dios, es que soy Dios para todos ellos.
Creo que voy a sellar mi nevera con silicona y comprar otra nueva para mi uso personal porque, ¿qué Dios sería si destruyera toda esa vida que he creado?
No me siento original. Estoy seguro que a todos vosotros os pasa lo mismo, sólo que no os habéis atrevido a compartirlo con nadie porque os sentís también especiales.
Podemos crear una organización de creadores de vida y de mundos y compartir nuestras experiencias.
Lo dejo caer.
1 de febrero de 2012
Estoy guisando un cocido andaluz que se va a peer la burra.
Más tarde…
Para los que no están en la Plaza del Pueblo y no pudieron anoche disfrutar de mi relato auténtico lo pongo en mi muro para que noten mi amistad y mi seriedad:
Me gusta cuando me miras
de manera muy directa
y también cuando te piras
cogiendo la línea recta.
¿Por qué a veces me agobias
con tanta carga hormonal
que necesito prozal
insistiendo en ser mi novia?
¿No te sirven mis caricias
que en dos minutos acabo?
¿Cuántas de mis pericias
necesitas de mi ra?..
¿Acaso crees que me quieres
por mi palabra y mi encanto?
Me quieres porque me quieres,
tampoco es mucho ni es tanto.
Me quieres por mi dinero
y por mi cuerpo serrano
que al cogerme de la mano
sé de ti lo que espero.
Más de lo mismo mañana,
muncha insistencia de amores
muchos regalos y flores
y queda mi cartera vana.
Búscate a un jovencito
que tenga lo que me falta,
una energía muy alta
y un padrecito muy rico.
Deja vivir a este anciano
lo que le queda de vida,
que no es mucho lo que pida
para morirse en tu mano.
Ahora suena la orquesta (550 músicos, catedráticos todos ellos) y, lentamente, baja el telón. Ante tantos aplausos de los 100 mil espectadores que se concentran mirando la escena en la Plaza Roja de Moscú (y 550 millones por tv de mil países), vuelve a subir el telón (una tela grande y muy pesada que por eso se llama telón) y se ve al anciano intentando suicidarse con un bolígrafo BIC naranja, que escribe fino, pintándose por todo su cuerpo desnudo, pero apretando fuerte, que como es fino le araña mucho su piel, anciana también, claro.
La multitud aplaude y grita con un ensordecedor ruido (los dos años siguientes las consultas de los otorrinos estuvieron colapsadas, por lo que el estado promocionó que se estudiara otorrinolaringología en Rusia y unos años más tarde los exportaron a 100 países, es por ello por lo que el mundo oye tan bien y no existe más cera que la de las abejas). Miles de personas se cortaron las venas por no poder soportar tanta belleza de esta historia de amor.
Elia apareció en escena, vestida, pero con gasas transparentes, y su pecho derecho al aire frío “moscuciano” y le quitó al anciano el boli BIC naranja (que escribe fino) y cantó la siguiente aria:
Creía que te gustaban
las cositas que te hacía
y creíste que pedía
algo más que una guarrada.
Te entregué mi corazón
y creíste que mi cuerpo,
mas sólo busqué el tazón
lleno de amor y deseo.
Mátome por no vivir,
mi vida no tiene sentido,
vengo aquí sin un vestido
dispuesta sin duda a morir,
que Moscú en estas fechas
es pa’ cagarse de frío;
a pesar de ello me río
de Cupido y sus flechas,
que una de ellas me dio
en medio de mi potorro,
que me voy a fumar un porro
y a fenecer ya, que corro.
La Plaza Roja de Moscú estaba llena hasta las rodillas de las personas humanas de las lágrimas de los asistentes. Cada vez había más muertos ante tanta sublime belleza. Por todo el mundo, personas también humanas que veían la retransmisión en directo se suicidaba. Unos con cianuro (a saber de dónde lo habían sacado), otros se gaseaban con butano; algunos, incluso, aguantando la respiración: caos mundial.
Elia cogió el BIC (que escribe fino) y se lo clavó en el muslo derecho. Su sangre tiñó el mar de lágrimas de la Plaza Roja de Moscú y, lentamente, se desangró.
Bajó el telón y nunca más se supo del anciano, que escapó con la recaudación.
1 de febrero de 2012
Me permito esta noche traeros mi opinión sobre la excelente novela escrita por nuestra amiga Mercedes de Miguel González:
La mente del asesino
De Mercedes de Miguel
Mi crítica pública:
Aludiendo al tópico del esquema de un relato (introducción, meseta y final) me permito afirmar que esta novela cumple exquisitamente con estas premisas.
De redacción impecable, con uso de las palabras absolutamente adecuadas para lo que la autora, en cada momento, ha querido definir, esta novela podría considerarse un libro de texto de cualquier clase de lengua española.
Añadimos la observación del uso perfecto de los tiempos verbales que, al ser un relato contado en presente y en primera persona, la autora, de forma maestra, nos lleva al pasado y al futuro posible cuando le es necesario sin que el lector tenga la más mínima duda de en qué tiempo se encuentra en cada momento.
Pero ya no significo el cómo se cuenta la historia sino que me centro en ella misma: una sucesión de hechos en varios años con el trasfondo de una de las pasiones que más daño ha podido hacer al ser humano: la venganza.
En torno a ella se teje todo un entramado de ideas y planes que enganchan al lector hasta la resolución de la historia.
Novela ágil, de lectura fácil, rápida y, sobretodo, adictiva que, en su término, deja sabor a intensidad y a buscar otra más de esta escritora maestra del lenguaje.
5 de febrero de 2012
Dicen los programas de tv sobre el tiempo que hace un frío que pela, si en cambio no dicen nada de cuando voy a morir que es lo que realmente me interesa del tiempo. Tampoco le dijeron nada de eso a uno de los maestros de nuestro tiempo, Dennis M. Ritchie, al que le debemos, todos, mucho de nuestro bienestar y que hoy se le acabó su tiempo, uno de los mejores utilizados en la historia de la humanidad.
Me jode, me jode mucho que personillas insignificantes y menos que mediocres… tengan esa fama que les enriquece y les permite bailar su danza de pavo real y otros, tan importantes para nuestro mundo, nuestra civilización, nuestra cultura, nuestro bienestar pasen desapercibidos por mor de un sistema mediático que se lucra de mi idea sobre la civilización: todo lo que hagas para pobres, incultos y horteras está condenado al éxito.
Este hombre no merece que le haga una exposición de sus méritos. Este hombre merece que todos vosotros, los miserables que me leéis y no sabéis quien fue busquéis, por los medios que podáis, os informéis de quien fue y que hizo en en vida que cambió la vuestra.
5 de febrero de 2012
Ayer o por ahí hice un comentario en esta Plaza que nadie comentó y menos recomentó. Creo que es la segunda o tercera vez que lo hago y nunca nadie ha dicho nada al respecto… reitero.
Creo firmemente que en esta nuestra sociedad actual occidental todo lo que se haga para los pobres, incultos y horteras está condenado al éxito. Venga si tenéis web de llevarme la contraria.
Ejemplos máximos: el chupa-chup, Belén Esteban, Mao, Jesucristo, Zapatero, las Catiuskas, las Motillos de 50, el 600, Ana Belén, el chocolatero, el Aserejé, Bus… seguid vosotros.
6 de febrero de 2012
El papel, el maldito papel, ese documento que no hace falta en años. Aparece cada vez que buscas otro cualquiera. Lo miras y piensas: «bueno, éste no me hará falta hasta dentro de dos o tres años», y lo vuelves a dejar en ese sitio. Llegado el momento, uno o dos días antes de su caducidad, vas a buscarlo y ¡voila!, el papel ha desaparecido y empiezas a sufrir las diferentes fases del «Síndrome del papel súper importante desaparecido», a saber:
1ª Sorpresa: «¡Pero ¡si estaba aquí!»
2ª Negación: «No puede ser, no puede ser, estaba aquí».
3ª Enfado: «¡Me cagonto que alguien toca mis cosas y me las cambia de sitio».
4ª Búsqueda exhaustiva por los lugares más obvios y después por los más recónditos: «¿Mira que si cuando hacía yoga y estaba boca abajo lo pegué para que no se perdiera en la parte de abajo del armario del dormitorio?».
5ª Indignación institucional «: ¡La madre que parió al organismo ése que no tiene más que chupatintas que se dedican a hundirme la vida!».
6ª Resignación fatal: “Ya está. Esto es el acabose. Iré allí y les diré que lo he perdido. Me multarán, tendré un juicio y lo perderé y a saber si voy a la cárcel. Espero que alguien se acuerde de mi alguna vez y me lleve tabaco».
Las siguientes fases os las describiré a partir de pasado mañana que es cuando tengo de plazo para presente el “putopapeldeloshuevos”.
Por cierto, fumo Ducados.
8 de febrero de 2012
Clamo al mundo mundial que encontré el papel, lo presenté, me salieron con el «vuelva usted mañana», y acabo de regresar con una renovación del mismo. Esta vez pienso guardarlo en un sitio que nunca olvidaré. Creo que en la nevera, entre la ciudad de los hongos y la urbe de las bacterias: que su superficie les sirva como campo de batalla por si se declaran la guerra.
9 de febrero de 2012
Aciago el día resulta,
lágrimas dicen de mí,
por suerte infausta que vi
sobre mi cabeza estulta.
¿Acaso el cruel destino…
en mí se quiere cebar
queriendo con saña acabar
conmigo en fatal sino?
No sentir pena por mí
que es mi mayor desafío
liberarme de este frío,
y olvidar lo que sentí.
Si he caído, levantarme,
si atraqué, zarpar de nuevo,
el ancla ya mismo levo
porque sé recuperarme.
Si he pecado, arrepentirme,
si me amaron no olvidar,
que de honrado es pensar
que un alma supo sentirme.
Si perdí lo que perdí,
pienso que lo merecía
porque tal vez no creía
perder por cuanto yo di.
La ingratitud se cebó
en aquella mi persona
que a veces nadie razona
y menos con quien amó
Puedo seguir pero no me sale de los web, ea
10 de febrero de 2012
Sos dejo. Tengo que fregar platos, guisar un poquito, bajar a la p. perra, tomar unas cervecitas con los amigotes. Dura vida la mía. Que sos den a tos.
11 de febrero de 2012
Acabo de ver una peli por segunda vez: «La criatura perfecta» Va de vampiros y me ha dado un subidón total.
Esta noche tened cuidado conmigo que me siento banquero.
12 de febrero de 2012
El soldado llegó sudoroso y jadeante. Venía corriendo con su arma desde el mismísimo frente a más de 3 km de distancia.
—¡Mi general, mi general!, que traigo nuevas nuevas.
El general (todos sabemos como son los generales) estaba discutiendo con su estilista sobre la nueva reglamentación de peinados y tintes reglamentarios que debería usar la tropa los próximos tres combates o cinco años, la opción más corta.
—Diga soldado, diga.
—Que dice el sargento, que le ha dicho el teniente, que le ha dicho el capitán, que le ha dicho…
—¡Basta ya! —bramó el general— Que he estudiado y sé la cadena de mando: vaya al grano.
—Que nos hemos enterao que el enemigo tiene día y medio de descanso a la semana y nosotros sólo tenemos uno y que nos vamos a poner en huelga de balas caídas.
La mirada del general (que todos sabemos como son los generales) le llegó atravesándole tos los huesos y pellejos de su cuerpo. El soldado empezó a temblar y miró al suelo.
—¿Cómo osáis? ¿No creéis que osáis demasiado? Sabéis de sobra que ellos tienen más permiso pero, ¿y las pilinguis? ¿»Ande» dejáis los camiones de pilinguis que os mando todos los domingos después de la misa? ¿Por qué vosotros sois tan aguerridos y con tanto ardor guerrero y ellos pasan su permiso haciéndose la manicura y mucho lavar y marcar en el peluquero?
El silencio se mascó durante unos segundos hasta que el general volvió a hablar:
—Telefonisto, ponme inmediatamente con el general enemigo… ¿Es el general enemigo? Pues mira que te cambio todas las semanas dos camiones de pilinguis por diez estilistas tuyos para la tropa. ¿Te hace?
Hasta aquí llegó. la guerra, ya sea contada por mí como por mi maestro Gila, siempre es terrible.
Tal vez siga algún día con esta terrible historia de guerra o tal vez termine en lo que realmente me gusta… una historia de amor en la guerra.
Loor también a otro de mis maestros, Vargas Llosa, con su Pantaleón y las visitadoras que tanto me inspiró.
Más tarde…
Las estatuas caen por estar sobre un pedestal. Sólo es cuestión de tiempo que también pierdan brazos y cabeza. Las mejores conservadas, con narices desgarradas. Siempre vendrá alguien que no le gustará el homenaje o el personaje o sus ideas o sus actos vitales y mutilará sin apreciar su arte, tan sólo lo que representan. Qué grande nuestra pequeñez, ¿no?, cuando sobrepasamos nuestra dimensión humana y nos consideramos cuasi dioses capaces de cambiar el destino de la humanidad y también de enterrar lo que no nos gustó del pasado, incluidos sus protagonistas.
14 de febrero de 2012
Noche, recuerdos, ausentes, meditación. Lágrimas por los fenecidos y enterrados, lágrimas por los perdidos y ausentes, lágrimas por los deseados y también ausentes… lágrimas.
El sollozo da tranquilidad al alma, después la paz tranquila que calma un rato la desesperanza. Mañana amanecerá, creo que también para mí, así lo espero, así creo que lo deseo. También espero el amanecer digno para todos mis acompañantes en esta ilusoria creencia de vivir. Algunos no lo conseguirán, pocos, que su paz eterna deseo aunque sé que polvo y cenizas es lo que les espera. Recuerdo a los muertos y eso me hace querer más a los vivos aún con sus injusticias, con sus egoísmos… que morirán, como yo, como todos. No tengo más remedio que deciros que os quiero con todas vuestras vilezas y humanidades porque estáis vivos y sois mis coetáneos. Vivís en mi mismo tiempo y eso nos une.
Vivamos.
15 de febrero de 2012
No es posible. Entro en Facebook y no hay nadie, es más, no hay nadie desde hace varios días. Todo vacío de comentarios, imágenes, vídeos, algo terrible. Sin darme cuenta empiezo a temblar. Enciendo la tele para ver si ha habido algún cataclismo mundial y no, las noticias hablan sobre los muertos de las varias guerras, asonadas y rebeliones del mundo, sobre la crisis que ha provocado que la mitad de la población esté en el paro y en la calle por embargo, varias epidemias que han ocasionado millones de muertos, en fin, las noticias normales; pero nada del Facebook. Sin quererlo, sin darme cuenta, empiezo a llorar. De mi pecho surge un gemido profundo que me ahoga: ¿qué será ahora de mi vida? ¿Por qué Dios no me mandó una de esas guerras o una enfermedad epidémica? Pero no, Él, en Su inescrutable designio, me manda la soledad en el Facebook.
Decidido: cuando termine de escribir esto que sé que nadie leerá, cogeré un martillo y macharé mi portátil, incluso creo que, después, me macharé algunos dedos para no tener nunca más la tentación de escribir en otros ordenadores. Adiós para siempre, nunca os olvidaré.
16 de febrero de 2012
Cuando sea mayor voy a inventar un móvil que, cuando pasen unos días sin llamarte nadie, autosuene y cuando digas: «¿diga?», te responderá que es él mismo que quiere interesarse por ti. Te preguntará por tu salud, se interesará por tus problemas, tanto laborales como económicos. Te escuchará sobres tus relaciones sentimentales. Podrás llorarle mientras le cuentas y te aconsejará cómo mejor relacionarte con tu pareja.
Será tan “chupiwaydelparaguay” que le prohibirás a toda tu familia y amigos que te llamen para que se autoconecte y puedas hablar con él. Terminarás por separarte de tu pareja, familia y amigos, cambiarás el número para que nadie lo conozca y te comprarás una cama de 90 cm. para poder dormir junto a él sintiendo su presencia y su calor.
18 de febrero de 2012
Reitero, aquí lo que hay es mucho mariconeo y mucho ligoteo y eso. Que está medio mundo conectado y no escribís na. ¿Qué pasa, que privis y privis?, y ellas peor que ellos y las cazás con más enjundia. Huelo a cuerno quemao virtual. Temedles a vuestras parejas enganchás aquí. Sos veo pronto ante el juez:
—Si es que yo no quería, majestad.
—Diríjase a mí como Señoría.
—Sí, señor, como monseñor diga.
Y luego el arrepentimiento, el llanto y el crujir de dientes, que los odontólogos se están haciendo de oro con er Facebook.
—Es que me ponía fotos de gatitos y canciones del Sinatra y esas cosas.
—Haberlo pensao antes —responderá el fiscal (que todo el mundo sabe que los fiscales son “remalosdelamuerte”.
Al final, los pocos que hayan pecado por este medio no volverán a hacerlo nunca más porque ellas se quedarán hasta su ordenador y nunca más tendrán para comprar otro.
Ellas, “sinencambio”, seguirán una vida “morbosavirtualdelamuerte” porque, entre todo lo demás, tendrán dos ordenadores, uno por si se le rompe el otro. Creo, sinceramente, que algún día un ángel vengador bajará del cielo con su espada de fuego y con ella cortará muchas pantallas de pecadoras insidiosas, malignas, emponzoñadas y, “sepaDiosquemás”, y vengará a tanto hombre condenado por un juez a muchas cosas pero, sobre todo, a privarle por vida de Facebook.
24 de febrero de 2012
Cuidadín todos. En este entorno puritano del Facebook se cuelan, al igual que los conventos, las escuelas, el parlamento, etc., gente con identidad falsa. Lo mismo os pide amistad una chica guapísima, de voluptuosas curvas y cuando te has hecho amigo “dellamisma”, te sale con que es un subsahariano de casi dos metros de alto, más de medio de ancho y largo y te quedas como diciendo: ¿pero “éstoqueesloquees”? Y encima me quedé esperándole porque lo único que quería de mí era que le consiguiera un visado (to roto mi coraçao)
Más tarde…
Tu madrecita me dijo
que por Dios que te dejara
que no veía muy clara
la bondad de mi entresijo.
Le dije yo muy ufano
que por ti yo moriría,
por eso yo prefería
quedar cogido en tu mano.
Ella el cuchillo elevó
tirando de puñalada,
y en un salto de mi amada
en medio se colocó.
Cuando la hoja asesina
cayendo la muerte clavó
el esternón le rajó
a mi amada en la cocina.
De mucho llorar después
saqué el cuchillo del pecho
pensando en el «dicho y hecho»
el cuello le puse al bies.
Puedo seguir, pero no, porque muerta mi amada por una puñalada de su madre y la misma madre muerta con el cuello cortado por mí mismo, me parece una situación muy fuerte para andarme con tonterías
26 de febrero de 2012
¿Os habéis parado a pensar en cómo nuestra sociedad moderna marca nuestras vidas? Antes, hace muchos años, uno nacía, se criaba en los pechos de su madre, después empezaba a andar, descubrir y aprender. Seguía una infancia en la que la obligación principal era jugar y divertirse de manera curiosa. Los días se sucedían y no se tenía la más mínima noción del tiempo que estaba medido por sucesos cotidianos como el desayunar, comer, merendar y cenar. Te levantabas cuando te despertabas, unas veces temprano, otras tarde y nadie te censuraba que tu ritmo de vida te lo fijaras tú mismo.
Cuando llegabas a una edad adulta buscabas un trabajo, normalmente empezando por ser aprendiz, y luego lo desarrollabas el resto de tu vida.
Y, he ahí, que llega nuestra modernidad, nuestros novedosos sistemas productivos obtuvieron el milagro. Yo creo que empezaron por crearnos falsas necesidades. De pronto nos es imprescindible un superordenador, un supercoche, una supervivienda, unos supermuebles, unos superelectrodomésticos, una vida social cara en superestablecimientos hosteleros, unas supervacaciones en lugares lejanos, una fashionropadelamuerte acompañados de fashionperfumes y muchas inutilidades más. La respuesta empresarial fue que de 8 a 3 o de 9 a 2 y de 5 a 8. Fue cuando dimos el paso. El ser humano se convirtió en el esclavo del tiempo y su medida dejó de ser sus acontecimientos vitales para ser el esclavo del reloj.
Como si fuéramos máquinas, saltamos sobre nuestros ciclos vitales con sufrimiento para cumplir horarios y calendarios.
En este punto es cuando entra como gran protagonista el día de hoy, el domingo.
De lunes a viernes se trabaja o se estudia. El sábado, salvo el comercio, se descansa y nuestra psique, ya desde la noche del viernes, nos induce a la fatua felicidad e intentamos obtenerla gastando parte de lo que ganamos durante toda la semana y, cual campana de Gauss, llega el despertar del domingo como caída libre de la curva. Nuestra psique nos induce a la depresión porque cercano está el lunes. ¿Cuánta gente pasa horas de domingo llorando lágrimas de sangre? ¿Cuánta gente de los que estáis ahora en el Facebook mancháis vuestro teclado con la aguasal de vuestros ojos? ¿Cuántos no sois capaces más que de leer porque no sois capaces de que se os ocurra nada que escribir?
Sos lo «alvierto». Estáis condenados a pasar un domingo más aburridos como perras aburridas. Vais a penar vuestras curpas curpitas. No podíais conformaros con un pisito modesto ni con un plasma de menos pulgadas ni con un colchón de muelles ni con ir una semanita en julio a la playa de al lado… NO, teníais que ser más para amasar envidia de los que os conocen.
Pues ahora que sos den y a aburriros el domingo que es lo os merecéis. Y lo dejo ya que podría seguir metiendo el dedo en la llaga y apretando.
2 de marzo de 2012
«¿Dónde va usted, señorita,
con prisas y tan ufana,
a la casa de su tita
o a Castellón de la Plana?»
El hombre, todo de pana,
le increpó a la señorita
y con envidia malsana
indagó sobre su cita.
Llegado este punto, él la sigue y, alcanzándola, la coge del brazo y la gira y mirándole a los ojos, le dice:
«¿Ya no se acuerda de mí,
ese hombre que la amaba,
que a sus pies yo me rendí
y el corazón yo le daba?”
“Mucho de mí usted pasaba
hasta que supo que fui
el conde de la Almadraba
y todo lo mío le dí».
Ella fija su vista en el suelo porque no puede soportar su mirada y contesta:
«Usted me dio lo que quiso,
nunca jamás le obligué
y por el suelo que piso,
nada le devolveré”.
Ante tal respuesta él le suelta el brazo y se gira mirando al público. Suena una música entre redentora y eclesiástica y, poniéndose de rodillas, clama:
«Mi patrimonio heredado,
mi dinero y mi castillo
a esta mujer se lo he dado,
no tengo ya ni un ladrillo”.
“Pero yo me la cepillo
o le pongo un candado
como en la jaula de un grillo
como hice en el pasado.»
Se levanta y nuevamente se dirige a ella, la vuelve a coger del brazo y la dirige hacia otra parte del escenario donde hay dispuesto un catre. La desnuda, se desnuda y, ante todo el público, la refocila hasta la extenuación. Después se levanta, temblorosas sus canillas, y cuenta al público:
«Ella misma esto buscó
que salidas yo le dí,
porque nada devolvió
y se tornó baladí.»
Ella también se levanta del catre y, dirigiéndose a él le dice:
—Mira Paco que yo sé que esto te pone, pero cada vez que quieras echar un polvo tenemos que montar esta historia en un teatro… aparte de la pasta que nos cuesta es que estamos quedando en ridículo. Háblale de esto a tu psiquiatra a ver si te puede ayudar.
Baja el telón.
3 de marzo de 2012
Cuando se produjo la peli «Fiebre del sábado noche» en occidente se trabajaba los sábados, en unos mañana y tarde y en otros sólo mañana. Hoy en día, que muchísima gente vaca el sábado, la peli tendría que haberse llamado «Tururú que te vi» (apreciad como me quedo con el lectormismamente).
Pues bien, hoy es tururú y, por tanto mogollones de currantes saldrán a tomar Gin Tonic, que nuevamente se está poniendo de moda.
Ante estas maravillosas reflexiones me pregunto el por qué está cambiando, de forma lenta pero inexorable, la moda del ron con coca (que antes fue del kiski con coca y antes del kiski con hielo) por una bebida que se inventó por el tema del paludismo (la amarga quinina) y con otra espirituosa, la ginebra, que sabe a colonia a granel.
Por pura meditación filosófica llego a la conclusión que el mismo horterismo ha tomado riendas en las modas del pueblo llano.
Al populacho ya no le vale comprar en Zara, Mango, Carrefour y demás sitios depravados del buen gusto, sino que lleva su mismo mal gusto a la “bebidasocialmisma”. Piénsese que no es lo mismo ir a un sitio de lujo y glamour y decir un “bourbonconyelo” que un Bacardí con coca light, es decir, un Bacardos (denominación está que tengo patentada y que “alvierto” que pediré “royaltiesdelamuerte” a quien ose usarla.
Además, el ron es una bebida inventada y fabricada en los países “hermanosnuestrosdelamuerte”, a saber, centro y sudamérica. “Sinencambio” la ginebra es un invento inglés, que como todos sabemos, nunca han inventado nada bueno (pensad en el “furbó”).
No sigo porque me voy a poner muy violento y me “conorco” pero que termino diciendo que cuando alguien pide un gintonic lo desprecio mucho.
Más tarde…
Sos dejo. Voy a sacar a mi p… perra. Que sos den a tos.
Todavía más tarde…
Llevaban tiempo diciéndole que, de llevar una vida demasiado sedentaria, estaba perdiendo masa muscular. Su respuesta era siempre que mientras tuviera la necesaria para andar hasta el bar y levantar el cubata hasta su boca le era suficiente para lo que necesitaba.
Bajaba al bar de abajo de su casa y no tenía que pedir porque, cuando lo veían llegar, ya le estaban sirviendo.
A veces, levantaba su vaso de maceta relleno de esa mezcolanza negra, y lo dejaba un rato ante su vista… sin beber. Había parroquianos que comentaban que miraba el culo para leer su futuro. Lo cierto es que se le borraba la sonrisa que solía tener y sus maseteros se contraían dándole un aspecto muy diferente a ese afable que siempre mostraba. Alguno de aquellos que se quedaban hasta altas horas de la noche llegaron a afirmar que habían visto una lágrima corriéndole por su mejilla.
La realidad era que el tiempo pasaba por él mucho más rápido que por sus contertulios que le veían envejecer a un ritmo que asustaba. Llegó el día en que le pidió al camarero que le ayudara a levantar el vaso y llevarlo a su boca. Todos los presentes lo miraron y, de repente, se fue hacia una esquina y se enfrentó a ella con los brazos apoyados en ambas paredes sobre su cabeza. De su boca comenzaron a salir a enorme velocidad unos finos hilos que le fueron envolviendo hasta que lo recubrieron entero formando sobre él una cápsula. Los parroquianos llamaron a la Guardia Civil, uno de ellos incluso al SENAUFO (SErvicio NAcional de UFO) y otro a Cuarto Milenio.
Antes de la llegada de las autoridades, la cápsula se abrió y salió ese mismo hombre, pero 20 años más joven.
Se dirigió a la barra ante el asombro de los presentes y dijo: —Ponme otro cubata que a éste se le ha derretido el hielo y se ha aguado.
4 de marzo de 2012
Vale, aquí está. Una despedida. Lágrimas muchas y, de fondo, la música de Astos Piazolla del mismo título.
MI OBLIVION
¿Dónde estás ahora que el llanto ahoga mi garganta? ¿Dónde puedo buscar ese sueño de estar juntos, que sugeriste? ¿Dónde recuperar la ilusión por ver otra vez el sol, por sentirlo, por pasear contigo a la orilla de una playa y en los campos de Sierra Morena? ¿Cómo conjugar el poco tiempo de sentirnos juntos y el minúsculo de haberlo estado? ¿De qué forma recupero mi vida monótona cuando he visto el cielo porque he estado contigo?
No me sirve llorar y lo hago. No me vale esperar el futuro que siento acabado… y aquí estoy esperándolo.
No debo basar mi existencia en ser incongruente y sin embargo lo soy.
Hordas de tristeza asaltan mi presente y amenazan mi futuro siempre incierto.
Dolor.
Sufrimiento.
Dolor.
Amor, siempre amor, que nunca acabará y tu recuerdo que nunca olvidaré.
Tu imagen.
Tu risa.
Tu sonrisa.
Tu mirada.
Rebelión de mi ser a tu alegría
y mi intento de olvidarla para siempre.
Juventud.
Mundos encontrados hasta sus confines.
Orden.
Caos.
Y tú, siempre tú, presente y ausente, conmigo y lejana, mía y de nadie.
Soledad.
Y sigo llorando y sigo sin querer hacerlo, queriendo dejar de hacerlo.
Y sigue esa opresión en mi pecho, y ese recuerdo en mi mente de ti, que no se va,
de nuestros encuentros, de nuestras miradas, de nuestros abrazos.
Apagaré los farolillos de todas las fiestas de mi vida porque ya así no podrán
iluminar ninguna cara y tampoco nunca sabré que aquellos labios que besaré no
serán los tuyos ni confundiré esa mirada y así podré soñar que es la tuya.
Ese color que evocabas
estando yo ausente de ti,
que mezclabas con paseos
y con recuerdos de mí,
que ensoñabas y contabas,
escribías, me enviabas,
describías de tu vida,
estarán siempre en mi alma.
Lejanía.
Presencia.
Rojo.
Y así, sólo me quedará una palabra que tú me enseñaste:
Oblivion
Oblivion
Oblivion
Oblivión
Así, intentaré olvidarte y nunca lo haré y siempre lo intentaré.
A pesar de todo, de ti, de lo que tú y yo vivimos juntos, seguiré existiendo y viviendo, como tú y como todos, a pesar del recuerdo, aún con él, a su pesar, incluso al mío.
Amor, amor, amor, amor, amor, amor.
Tanto sentí que grito al mundo si escucha.
Dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor.
Tanto sufrí que grito al viento mi lucha.
Comenzar.
Renacer.
Perder.
Siempre perder.
Pierdo, siempre pierdo porque nunca gano porque nunca te tengo y nunca gano.
Ausencia.
Lejanía.
Olvido, siempre olvido, olvido inimaginable. Olvido como máxima en mi vida, como mi máxima imposible.
Olvidarte.
No sentir.
No sentir por ti.
No sufrir.
No sufrir por ti.
No sufrir por tu ausencia.
No sufrir por no besarte nunca más.
No sufrir porque no tengo tus abrazos.
Pienso qué podría haber sido de nuestras vidas de haber sido posible.
Y aun así, a pesar de todo ello, sé que no es lo peor, sé que tendré que asumir otra tarea más dura, la más imposible de todas:
¿Cómo reencuentro todo lo que abandoné por estar contigo?
Más tarde…
Sos dejo.
Que sos den a tos.
5 de marzo de 2012
Cuando sea mayor voy a crear una moneda que se llamará el luisón. Cotizará en los mercados internacionales y su cambio corresponderá a 5€. Todos los países del mundo acapararán grandes cantidades de luisones para hacer firmes sus arcas y, en la mayor parte de ellos, la población los usará como moneda de sus transacciones económicas sustituyendo al dólar.
Todas las monedas y sus fracciones de luisones llevarán en su anverso mi figura de pecho para arriba y los billetes otra de… mí mismo montado en un caballo encabritado, en ambos casos ciñendo mi cabeza una corona de laurel que olerá de verdad por lo que el pueblo llano tendrá en sus cuartos de baño varios luisones para que huela bien.
La característica principal que tendrá el luisón es que los bancos no podrán tener ninguno en sus arcas y ello estará prohibido por leyes internacionales, por lo que cuando alguien ingrese en su cuenta bancaria unos pocos de luisones, el banco receptor tendrá que prestarlo inmediatamente a otro cliente a bajo interés y muy largo plazo. Así, los luisones circularán dando riqueza al mundo y no habrá nunca más pobres.
Igualmente, por esas mismas leyes internacionales, cuando alguien no pueda pagar la hipoteca de su casa, el banco tendrá que esperarse hasta que pueda seguir pagando y tendrá que aceptar pagos fraccionado de luisones —Mire Ud., señor director del banco en el que tengo mi hipoteca, que tenía que pagarle este mes 300 luisones pero que no tengo más que dos y es lo que le traigo. Hasta el mes que viene, señor director del banco.
Y ese señor se pondrá muy contento porque, no es que no le pague porque no quiera el hombre, sino que no ha podido y le ha anticipado el pago. Todas estas consideraciones monetario-bancarias, entiendo que no las entendáis casi nadie de los que me leéis pero es que es economía superior y tendríais que estudiar unos masters en la University of Alcalá Meco o por ahí. Quien quiera luisones puede cambiarlos por euros. Ponerse en contacto conmigo en mi correo particular. No cambio menos de 5000€ de golpe.
6 de marzo de 2012
En mi pequeño barrio, donde viven médicos, magistrados, terratenientes, funcionarios de alto rango y, por ahora, yo, también vive un señor que desde hace años duerme en el habitáculo de la foto que, además, no es suyo sino cedido por pena por un comerciante. No creo necesario hacer ningún comentario al respecto. Imaginad.
7 de marzo de 2012
«Lo que nos hace hacer el aburrimiento», pensaba ese hombre sentado ante su portátil esperando que alguien escribiera algo interesante en Facebook mientras, con su mano derecha, cortaba el paso insistentemente a una hormiguita que corría por su mesa. El animalito variaba de dirección cada vez que se encontraba con esa masa de carne que ni se podía comer ni nada.
De pronto, con un ruido terrible de trueno se llenó la habitación de humo blanco y una luz deslumbrante, pues eso, lo deslumbró.
El hombre, lleno de pavor, quedose inmóvil sobre su silla mientras el humo empezó a aclararse y allí los vio frente a él.
—Soy el Ángel del Aburrimiento y vengo a por ti.
—Pues yo soy el Hormigón, Dios de las hormigas y también vengo a por él por lo que le está haciendo a esa pobrecita que la tiene amargada.
—Lo tenéis crudo porque yo soy el mismísimo Demonio del Internet y este señor estaba, precisamente, conectado en el momento de las apariciones por lo que, según el artículo 5º de la Ley Orgánica de Apariciones, tengo un mayor derecho a venir a por él.
El silencio se espesó como un puré de patatas al enfriarse. El Ángel amagó un hechizo que fue sorteado diestramente por el Dios Hormigón que, a su vez, lanzó unas tablas de órdenes que por poco le dan en la cabeza al Demonio de Internet.
Ese señor se levantó de golpe, sobreponiéndose a su sorpresivo pavor y gritó: —¡Ya está bien! Os he permitido que inundéis mi vida sin pedirme permiso, pero lo que nunca voy a consentir es que amarguéis mi sueño con vuestras peleas. Vosotros os lo habéis buscado.
Y, sin más, abrió los ojos y se despertó más ancho que largo. Por supuesto, la hormiguita ya estaba lejana, Facebook estaba tan aburrido como siempre y su aburrimiento no había desaparecido, pero ahora le parecía más llevadero, aunque pensó: —Tal vez tendría que haberme despertado más tarde y que se hubieran matado los tres delante mío. Bueno, otra vez será.
9 de marzo de 2012
Me piden que escriba en verso
que me cuesta más que en prosa
porque escribir de una rosa
prefiero a comer un queso.
De mujeres he de hablar
con todo mi buen saber,
me costó mucho aprender,
mucho también de aguantar.
Las mujeres de una en una,
dos en empacho terminan,
que al final, si algo caminan,
terminan como la tuna,
cantando o peleando
de conocer que ese macho
a las dos les ha dado cacho
y acaban las dos matando.
Mucho peor es con tres
que lo conozco de largo
que a veces me hice cargo
y me pusieron al bies.
Lo mejor la soledad
que cualquier hembra me gana
y todas me salen rana
por su mucha, la maldad
¡Yehaaaaaaaaaaaaa!
Más tarde…
Ahora me voy a la cama,
que intentaré bien dormir
y estas horas bien cubrir
de sueños toda una rama.
Con vosotros soñaré
y con muchas más huríes
conmigo en las islas Cíes
que en otro lado no sé.
Admiro a los musulmanes
que tienen todos harén,
tienen que estar tos muy bien
mejor que los alemanes.
Menos dinero en la caja
comida grata en cocina,
en el jardín la piscina
y en la cama mucha raj…
Que no sigo, que no sigo,
que me pierdo como siga
porque diga lo que diga
no me como ni un jigo
¿Más?
10 de marzo de 2012
Cuando sea mayor inventaré un hilo invisible, irrompible y elástico de manera infinita con el que las personas se coserán entre ellas como señal de cariño o amor. Así, cuando una se aleje de la otra a la distancia que sea y por cualquier tiempo, este hilo conducirá ese afecto del uno hacia el otro sin parar y ninguno de los dos sentirá soledad o abandono.
Ese hilo se podrá cortar por orden judicial, traición o abandono real pero siempre quedarán unas pequeñas fibras que algo transmitirán.
El perdón será unos de sus reparadores que obtendrán que de esas fibrillas vuelva a crecer el hilo en todo su volumen e intensidad.
Cuando sea mayor nunca más volveré a estar solo
11 de marzo de 2012
Tengo un poto, que es una planta en maceta. La tengo desde hace unos siete años. Nuestra relación ha pasado por muchos altibajos pero continúa serena y próspera. A veces le hablo contándole mis cuitas y mis lágrimas riegan la tierra que le sustenta. Siempre pensé que me escuchaba y me entendía porque, me daba a mí, que me miraba toda triste y sus muchas hojas se volvía hacia mi cara, como queriéndome acariciar.
Hace poco, encontré en el todopoderoso Internet una Web que es un traductor de todos los idiomas del mundo. Nervioso, busqué el español-poto-español. Introduje los datos oportunos y mi mundo entero se vino abajo. Mi poto me decía durante años: —So cabrón, no me eches agua salada de tus lágrimas que me joden las raíces. Échame del grifo aunque sea.
Más tarde…
Aquella señora me miraba fijamente todos los días desde la parada del autobús. A la hora en que salía al balcón a regar mis plantas, allí estaba ella clavándome su mirada. Llegué a pensar que se escandalizaba porque saliera en pijama y me cambié al chandal, después con pantalón, camisa y jersey y terminé con un traje de Cardin y una corbata de Gucci que eran una preciosidad. Aún así sentía por todo mi cuerpo esa mirada que me lo recorría de arriba a abajo. Esos 10 minutos del día para mí se fueron convirtiendo en terribles. Intenté, mediante instancia, que cambiaran la parada unos metros más arriba que era un lugar en el que ella no podía mirarme pero, el gerente de la empresa de autobuses me indicó amablemente que una persona podía mirar a dónde quisiera y me sugería que regara mis plantas a otra hora.
Decidido a acabar con ese asunto que me amargaba la vida, empecé a vestir de esmoquin con pajarita y, poco después, de frac. La señora seguía mirándome fijamente esos 10 minutos que se me hacían horas. Había días que me ponía tan nervioso que mi regadera temblaba en mi mano y se derramaba algo de agua al suelo del balcón y goteaba al del vecino de abajo. Este hombre se enfadó mucho por mis descuidos de riego y me amenazó. Empecé a investigarlo y resultó ser un capo de la mafia rusa, hecho éste que me inquietó aún más.
Lo siguientes días salí con mi frac de regar y una muñequera en mi mano para sujetar mejor la regadera y surtió efecto. Muy contento de no manchar el suelo, seguí regando con fruición hasta que empezó todo. La señora de la parada de autobús sacó una pistola y una placa y gritó al balcón de mi vecino:
—¡FBI! ¡No se mueva o disparo!
Mi vecino sacó como un a modo de ametralladora y empezó el tiroteo. Una bala perdida impactó contra mi regadera que explotó soltando todo su contenido que cayó en cascada hacia el vecino de abajo y otra atravesó la tela colgante de mi frac, inutilizándolo para siempre.
Cuando desperté de mi desmayo de puro miedo, ya todo había terminado. El FBI me compró otro frac y otra regadera y se disculpó. No sé, parece que echo de menos a esa señora mirándome desde la parada vacía del autobús. Creo que voy a cambiar de hora de regar las plantas.
Todavía más tarde…
Y ya para terminar,
que os he dado demasiado,
me despido con cuidado
y a mi perra a pasear.
Mañana será otro día,
os leeré con mi cuidado
que seguro que algo añado
de algo que otro porfía.
He tenido un gran placer
de compartir muchas cosas
que casi todas son rosas
¡Si es que me gusta, joder!
Voy a pensar en parar
tanta rima que me sale
porque ser breve más vale
para intentar no cansar
13 de marzo de 2012
Me prometí hace tiempo no escribir nada aquí a altas horas de la madrugada porque ya, supuestamente, además de insomnio, tendría un grado de alcoholemia como para que me retiraran, amablemente, el carnet de conducir. Vale, pues paso de mí y de mi caballo y heme aquí escribiendo. A quién le joda que no me lea ¿VALE? (BELÉN ESTEBAN)
Voy a hablar de mi amorcito, de mi perrita Ronda que duerme ahora aquí junto a mí. Le duele mucho su dentadura porque tiene ya 12 años y nunca he hecho que se la limpiara un veterinario porque cuesta una pasta. Ahí no le puedes ni rozar. En este último año se ha quedado casi sorda, sólo oye mis silbidos muy fuertes y, hace ya varios años, empezó con sus cataratas y ve muy poco, tan sólo distingue figuras que tengo que pintar con mis brazos, unas pocas de mariposas, para que me siga cuando estoy a pocos metros de ella.
Si fuera una persona todos hubiéramos puesto los medios para tratar sus males, pero es un animal. Yo, como dueño soy el responsable de su bienestar pero, en los últimos años, la crisis me ha jodido tanto que yo también lo he pasado mal y no he podido ayudarla.
Ronda es mi perrita y sé que, a pesar de sus dolores, es una perra feliz, mucho más que otras personas que a lo largo y ancho de este mundo tienen menos que ella. Es duro convivir con alguien que sufre y que sabes que el dinero le puede aliviar cuando ves cómo esos bancos con los que has trabajado toda tu vida se han enriquecido a tu costa y hay tanta gente que le sobra todo.
Mi perrita, mi vidita, a pesar de sus males, me tiene a mí a su lado. No es tanta la estulticia, es que, simplemente, sabe que la quiero mucho y siempre quiere estar conmigo y eso es su mejor analgésico… para ella, que yo la lloro mucho.
Más tarde…
Acabo de hacer un comentario a una amiga de por aquí y no puedo por menos que hacerla más pública aún.
La persona más rica del mundo es un mejicano, país donde hay mucha pobreza. Es necesaria una revolución a la antigua usanza
16 de marzo
El verano pasado estaba bañándome en una de esas maravillosas playas que tiene Galicia y, de pronto, me encontré frente a frente con un pulpo. Los dos nos miramos asustados.
—¿Me va a comer? —creo que pensó él.
—Me ataca seguro y me va a succionar por todo mi cuerpo y, si sobrevivo, tendré el resto de mi vida cicatrices circulares como las que tienen la ballenas y cachalotes —pensé yo.
Ambos nos quedamos unos momentos inmóviles observándonos y con nuestros ánimos y cuerpos prestos a una dura batalla para defender caras nuestras vidas. Saqué un minúsculo trozo de valentía del fondo de eso donde se guarda la valentía. Volví a mirar allí y eso estaba seco como un bacalao de las Feroe, por lo que tuve que usar esa minucia recién sacada.
Mi valentía la usé para gritar pidiendo socorro, cuando me di cuenta que nadie había cercano a mí. Me encontraba solito ante tamaño peligro.
Me volví cara a la playa e intenté correr. Mis pies resbalaban por la arena de fondo sin conseguir apenas avanzar. Después intenté nadar pero la resaca de fondo me arrastraba hacia mi enemigo y empecé a agotarme y a tragar agua. Recuerdo que, casi perdida la consciencia, unos tentáculos rodeaban mi cuerpo y sentía una absorción leve que me sujetaba sin sentir dolor y, antes de perderla totalmente, vi una marca en uno de ellos como si hubiera sido marcado por un hierro de la Cruz de Santiago.
—Carallo, non vi en mi vida cosa igual» —dijo el tío que no hacía más que empujarme en el pecho y soplarme en mis morros—, lo trajo la marea con un pulpo encima de eu.
A los pocos días, ya recuperado, fui al Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela a rezarle al Santo por mi salvación porque, cuando sentí que moría, no hacía más que pensar: «Santi, no me jodas tío».
Al salir de la Catedral, me fui de albariños y tapitas. Cuando llegué a aquel bar algo noté, como un desconcierto en mi ánimo. Pedí mi 5º albariño y me pusieron una tapa de pulpo. La miré y, entre los trozos había uno con la marca que unos días antes salvó mi vida. Bueno, sé que es difícil de creer esta historia pero, ¿sabéis qué? Pues que me la he inventado ahora mismo, tontos.
17 de marzo de 2012
Aquella muchacha podía haber sido mi hija o mi amante o mi amor o mi vida entera. Sus labios rosados y carnosos sugerían fresas maduras, palabras sensuales, amorosas y siempre dulces. Sus ojos me podían porque cuando me miraba llegaba a temblar de la emoción. De un color indefinidamente precioso, mezclado el cielo, el mar profundo, la sierra salvaje, me hacía recordar el arco iris perfecto que nunca llegué a ver.
Cuando tocaba su piel me estremecía porque sentía una sensación tan sublime como acariciar una nube o un bebé bien cuidado o la misma entrada del cielo, si existiera. De lo demás ni os cuento porque os cagaríais tos en las mismas bragas y calzoncillos.
18 de marzo de 2012
Abrí la nevera y se me cayó el alma al suelo. Estaba llena de un montón de embutidos, pescado fresco, carne espectacularmente roja, frutas y verduras de todo tipo que conferían a la luz sus mejores propiedades reflexivas… pero ni una gota de alcohol. Siempre le había indicado a mi fámula que las botellas espirituosas tenía que guardarlas en la nevera porque así estaban frescas y no necesitaban hielo que las agua. Pensé en la posibilidad de su error y fui por varios armarios y alacenas sin encontrar ninguna.
El caso se volvía más complicado y grave.
—¿Cómo ha podido esta mujer, profesional de dejarme la casa limpia y aseada, así como mis ropas y mi nevera, dejarme en un Sáhara de la destilación? No me lo podía creer. Tenían varias soluciones, a saber:
1º.- Rogarle a los vecinos que me pasaran algo.
2º.- Ducharme, vestirme, bajar a la calle y llorarle al tabernero que me vendiera una botellita.
3º.- Ducharme, vestirme, bajar a la calle y hartarme de cubatas en el primer bar que encontrara abierto y hablar largo y tendido con el camarero, que todos sabemos que son unos auténticos filósofos de la misma vida.
4º.- Ducharme, vestirme, bajar a la calle e ir a casa de ella, que siempre sabía que tenía. La primera opción la descarté inmediatamente dado que había optado por ella varias veces este mes y tenía la sensación de que varios habían dejado de saludarme o lo hacían sin mirarme.
La segunda ni siquiera la valoré por aburrida
La tercera también la descarté porque todos los camareros de todos los bares en cienes de metros a la redonda ya conocían sobradamente mi vida y mis experiencias sexuales que, en nube alcohólica, les conté repetidas veces. De hecho, hace unos días me acerqué a uno de esos bares y cuando iba a entrar el camarero me encañonó con una recortada, creo que impidiéndome el paso. No me quedaba más que la cuarta y a ella me presté decidido. Pensé:
—Bueno, como tengo prisa que llevo dos horas sin beber, creo que paso de la ducha, total ella no lo notará y, como tampoco valora mi vestimenta, pues eso: un chándal, que es más rápido.
Pensado y hecho.
A los cinco minutos me encontraba en su puerta llamando al timbre.
—Hola, aquí estoy.
—Pasa, pasa ¿Quieres una copita de ese whisky que tengo de 50 años? A las dos horas caminaba hacia mi casa con una botella de JB reserva cogida del gollete mientras pensaba.
—Bueno, tampoco ha sido para tanto porque, ¡hay que ver lo bien que se conserva la duquesa con sus “ochentuymuchos” años! ¡Lo firme que se mantiene su silicona! Y mira, que me ha dado 500 € de propina. He debido de cumplir bien.
25 de marzo de 2012
Esta tarde me levanté de la siesta, que pa’ eso es uno andalú, y eché de menos un algo indefinido que me faltaba. Miré mi cuerpo y estaba completo, con esa magnificencia oseo-carnosa que la naturaleza puso alrededor de mí. Dudando, cerré los ojos he hice una introspección que es muy altisonante pero que no deja de ser una especie de auto TV. Allí, dentro de mí, encontré la respuesta: ¡jodeeeer, que se me ha perdido ande sea la inspiración!
Asumida mi merma, busqué y leí a los clásicos. Platón me daba conceptos, Séneca direcciones y Corín Tellado fue la que me abrió el camino… se trata de escribir a toda costa.
Lucida la verdad, cogí papel y lápiz, desarrugué el primero, afilé el segundo y me puse como loco a escribir y lo siguiente es lo que salió de mis mismas entrañas “mentalesdelamuerte”:
—Blabla bla blablabla que tú no eres Blas.
Entonces descansé. Hice un café bien cargado y, después de tirarlo, me eché un cubata y seguí con mi escritura.
—Blabla bla blablabla que no eres Blas porque lo conozco y vuestra faz no se corresponde con aquella figura.
Volví a parar y me hice un té verde bien caliente que también tiré y me eché otro cubata. Seguí escribiendo.
—No podéis engañarme malandrín que sé no sois Blas aunque cubráis vuestra faz con aquesta máscara engañosa. Quitárosla y desenvainad vuestra espada que yo haré igual con la mía.
El mucho esfuerzo me dio tanta sed que preparé una limonada bien fresca que me dio pena tirar y la guardé en la nevera echándome otro cubata.
—La misteriosa figura desenvainó sin quitarse la máscara y comenzó la lid. Era endiabladamente rápido y en varias ocasiones tuve que estar muy diestro para esquivar sus estocadas.
Un par de veces nuestros florines se engancharon provocando un acercamiento momentáneo en los que percibí un olor a rosas, a limpio, a ese algo indefinido que provoca atracción. Quedé turbado.
Con una maestra filigrana conseguí cortar la cinta que sujetaba su máscara y cayó al suelo. Una cascada de pelo rubio se vació sobre sus hombros y espalda y unos ojos azules cielo me fueron mostrados dejándome indefenso.
Era ella que se enfrentaba a mí. Tiré mi arma y me arrodillé:
—¿Por qué? ¿Por qué si yo siempre os he amado?
Bueno, al final, la muy guarra me clavó el florín en el corazón y me mató. Bueno, he recuperado mi inspiración. Mañana más.

La misteriosa figura desenvainó sin quitarse la máscara y comenzó la lid.
Más tarde…
Sos dejo que voy a sacar a mi perrita que me tiene loco.
Esperando que no os acostumbréis, en lugar de deciros “que sos den a tos” os voy a dar las buenas noches.
30 de marzo de 2012
Managua, mayo de 2010.
Una lluvia torrencial, casi huracanada, azotaba la ciudad bajo nuestro avión. Al descender hacia la pista de aterrizaje nos introdujimos en un mar de agua aérea y, de pronto, un tremendo campo eléctrico comenzó a emitir rayos hacia todos lados. La noche se hizo día y todo el pasaje estaba atemorizado. De pronto, varios de esos rayos atravesaron el avión. Uno de ellos impactó en el ala que miraba por mi ventanilla.
Los gritos del pasaje sobresalieron por entre el estruendo de la tormenta oyéndose frases apocalípticas como: «¡Vamos a morir!» «¡No tenemos salvación!» «¡Nos vamos a estrellar!». Mucho no me animaron, la verdad y, entre coger un rosario y ponerme a rezar y abrazar a la muchacha que se sentaba a mi lado opté por la segunda opción:
—Tranquila, esto no es lo que parece.
—¡Sí es lo que parece! ¡Vamos a morir!
—Entonces abrázate a mí y muramos juntos ¿Quieres cumplir algún deseo antes del acabose? No sé, alguna confesión, algo sexual mismamente…
Confesar no se confesó pero, pudiéndole el sentimiento del fin de la vida, por poco me quita la mía. En todo caso, mis energías llegaron a límites tan cercanos a la extenuación que pensaba:
—¡Dios mío! ¡Que nos estrellemos ya que no puedo más!
La tormenta pasó y aterrizamos. De manera muy digna, todos los pasajeros recogimos nuestros equipajes de mano y fuimos saliendo de forma ordenada hacia la salida.
Yo, como hombre muy educado que soy, dejé pasar delante a todos mis compañeros de vuelo y salí el último.
Cuando estaba en el portón de salida me paré y eché un vistazo al avión. Dos azafatas se apresuraban a recoger, asiento por asiento, un montón de bragas y calzoncillos que se encontraban por todo el avión. Incluso dos hábitos de monja y una sotana.
No hay nada como estos vuelos de bajo costo en los que, como no te dan de comer, la gente se vuelve primigenia total.