Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Era un palacio de luz
por donde vagaba una princesa
que nunca existió
—acaso en un sueño—.
Era un cúmulo
de resonancias luminosas,
de ecos desmintiendo la muerte
con promesas de vida en los reflejos,
en la superficie vítrea de un espejo.
Era música
de trágicos ademanes
—silencio elocuente—
vertiente de melancolía
en plácida contemplación.
En su mirada aprendieron
a latir todas las estrellas,
y con una lágrima
las derramó sobre la tierra
para que nacieran flores de cristal,
y de las flores, hadas.
Había un loco persiguiendo ecos,
llenando las tardes mientras le hablaba el mar.
Era un palacio de luz
por donde vagaba una princesa
que nunca existió
—acaso en un sueño—.
Era un cúmulo de resonancias luminosas,
de ecos desmintiendo la muerte
con promesas de vida en los reflejos,
en la superficie de tus ojos.
Modelo: Janet Vera

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