Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Mientras tanto, mientras toca a la puerta,
sentencia inapelable de la muerte,
sentencia inapelable del fracaso,
evitaré consultar los oráculos,
tan helados, tan grises e invariables.
Mientras caen las hojas de mi vida,
sentencia inapelable de mis años,
escanciaré la copa rebosante,
beberé ese perfume de tus labios
ardientes como el vino y la noche.
Fondo musical: Gabriel Fauré. Requiem. op. 48. 5. Agnus Dei. Archivo Europeo.
Fotografía: Flor García Rufino.

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