Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Toda la tristeza de mis ojos
cabe en los tuyos cuando me miran
con ese dulce, tibio mirar,
y es entonces cuando las espinas
se vuelven flores llenas de sangre:
a menudo quedas atrapada
en las suaves notas del poema,
y del mar mis sueños lontananza
vienen a esconderse entre la arena,
—ansiosa— sin retener tus huellas.

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