Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Nadie conoce
el valor de la vida,
y luego se van los seres,
y aunque a veces
nos engaña la memoria
no vuelve su sonrisa,
los pasos familiares,
los días soleados;
y nos preguntamos
si nos faltó un abrazo,
si dimos todo
lo que podíamos dar,
porque nada nos llevamos,
porque ya no respiran
y duele y quema
tan sólo de pensarlo.

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