Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Descanso, tirado encima de la hierba,
escuchando los últimos latidos
de una infancia que extraviamos
en los prados.
El cigarro dibuja quimeras
y el otro hombre, el otro que no fui,
a veces me presenta sus reproches.
¡Ay!, este sabor de fatalidad,
la ilusión de un niño que pensaba
en el futuro, hoy presente.
Siempre insatisfecho,
contando los pasos, la elección
—tal vez equivocada—.
Hoy, sin amarte, perfume trágico
de los días que soñamos abrazados.
Hoy, imprecisa en el recuerdo,
trato de alcanzarte para pensar
que de alguna forma existe
continuidad y transparencia.