Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Tiemblo al recordarte en el arroyo,
asida de mis manos,
desnuda entre flores acuáticas,
entre las hierbas de la orilla;
tiemblo al recordarte
en las raíces nerviosas de los sauces,
pero luego olvidas la promesa,
te tornas difusa y obsesiva,
grabada como un helecho primigenio,
como el llanto de los dioses en las rocas,
como una virgen de culto milenario.

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