Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Tú no sabes de las horas calladas
que recuerdan la luz de tu sonrisa,
el trazo delicado de tus manos.
Las tardes apacibles del otoño
quisieran dibujarte en el silencio,
en la suave caída de las hojas
cuyo carmín envidia tus sonrojos.