Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Débil presencia en el aire —lejanos automóviles que alertan al gato— después de una ojeada al infinito vuelven sus sueños de andanzas nocturnas.
El gato, sabio de luna y de carne cierra los ojos y en su interior se abren túneles memoriosos, pasajes oscuros e inciertos de sangre y placer. Débil presencia en el aire —la muerte— más sigilosa que él.