Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Visiones del otoño y lejanías, los momentos que vivimos cada cual por una parte, las angustias, los temores, la alegría que ya no reconoces.
¡Con un martillo derribando las paredes!, los instantes, las rutinas. Voy navegando como idiota. El aullido de los lobos y el hambre que busca hallar una salida, el réquiem de las nostalgias que se esfuman. Aquello que te dio tanta risa, pero luego vino la tristeza, por deleites presentidos salpicada. Un final, un nuevo comienzo que por fuerza había de terminar... ...dulce en la música tímida que me guía hacia ti, sin saber a dónde lleva —carece de importancia—. Que se enciendan las luces, ¡comienza el baile!, cámara lenta para disfrutar el movimiento. Retrocede, adelanta, congela la imagen y hazme dueño del tiempo, para que la muerte no sea más que un sueño. ¡Que la última cerilla no prendió! Que me carguen los demonios, que pueda escaparme de ellos. Que se sienten los dioses a mirar nuestras batallas, que se olviden de nosotros para que no nos pidan nada. Que caigan los héroes en la tierra si no alcanzaron triunfo, para que su propia sangre sea su gloria. Espejo de luna, trágico ademán de teatro, ¿viviremos para siempre? Se rompen las espadas en la lucha, ardiendo los castillos y los gritos; la tierra tiembla, derriba los viejos monumentos para poner sobre las ruinas tronos nuevos con reyes nuevos... ...cuando escuchas el sonido, la caricia del ayer —carnaval de humo blanco—.
Modelo: Janet Vera.

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