Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Destellos dorados de la mar
en los días rotos de tu ausencia,
en afanes que siguen el curso,
los fantasmas rojos del ocaso.
Estas manos crispadas te añoran
cual nudosas patas de cangrejo
y buscan nociones luminosas
entre sus geológicas memorias,
en recuerdos de animales ciegos
atrapados en la oscuridad
de eternos abismos… olvidados.
El gusto salado de tu piel
—tu canto— tu aroma de nereida.
¡Horribles siluetas de la noche
que reclaman prístinos festones!,
espuma agonizando… en la playa.
Fondo musical: Gabriel Faure. Cuarteto para pino no. 2, op. 45-III. Adagio non troppo. Archivo Europeo.
Fotografía: Flor García Rufino.

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