Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Ya que en tus ojos cabían las olas
yo me embriagaba de brisa y de sol
mientras las bubias cruzaban los cielos
buscando ensueños y playas lejanas.
¡Rojas auroras!, mis labios bebían
el perfume violento de tu piel
y tus ojos, motivo recurrente
de mis ansias sin medida, me hablaban
de palacios y jardines que el mar
recuerda en su nostalgia.
Fondo musical: Vivaldi. Gran concierto en sol menor, op. 3 no. 2. I. Adagio. Archivo Europeo.
Fotografía: Flor García Rufino.

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