Por: Elko Omar Vázquez Erosa
En su largo vagar por la penumbra
había conocido
los besos de las reinas del ocaso,
la voluptuosidad de la tristeza
y el ansia de la carne.
Soñaba con mujeres
de razas que se habían extinguido:
diosas lejanas, piel imaginada.
Finalmente fue a extraviarse en el bosque,
en los ojos de Morrigan
y en distantes singladuras de fuego.

Pulsar imagen