Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Fulvia, recibe estas memorias
de aquellas noches compartidas
revelando nuestros secretos
en la oscuridad, y de nuevo
deja que regresen las frases
de los trenes, y las promesas
de nuestros reinos encantados.
Fulvia, recuerdo hadas bailando
—con chispeantes zapatillas—
encima de tu dulce lecho.

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