Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Transformaba la derrota en sus blasones
y con el porte indomable de un marqués
que de pronto se encontrase en la batalla
con sus ejércitos rotos, caminase
con la sorna del guerrero en la mirada,
con la ironía del lobo capturado
por la oveja temerosa de su suerte.

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