Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Evocarte en noches de insomnio
—oficio de locura—
y atravesar pueblos lejanos,
desdibujados en los cerros,
entre los bosques encantados
donde los suaves ríos
se fingen voz que me encadena,
esas mañanas de ensueño,
cuando tus ojos se posaban
en reinos ilusorios.
La Iglesia melancólica,
silentes calles empedradas
transidas de memoria,
de los recuerdos tristes,
diseño de ansias a tu paso.
Rojiza estela de tu pelo,
la imagen que huye siempre
entre las grietas de la tarde.