Por: Elko Omar Vázquez Erosa
En tu mirada de tardes tranquilas
se gestan las visiones
que imagina la rosa
cuando es acariciada por el viento.
Son tus ojos de lluvia y de silencio,
ojos de ámbar y almendras,
suaves y profundos
como el suspiro de los mares inciertos.
En tu mirada se esconde el poema,
el canto de una fuente
—suave golpeteo de un ala
agitando el cristal de las aguas—.
Ojos de lluvia, silencio y almendras,
magos ojos nocturnos
que despiertan mi anhelo
de imposible, de ensueño y lejanía.