Por: Elko Omar Vázquez Erosa
I
La habitación desordenada, las navajas de afeitar —llenas de sangre— sobre la mesita de noche; escucho mi respiración mientras mi cuerpo yace en el agua de la bañera. Seguir leyendo
Por: Elko Omar Vázquez Erosa
I
La habitación desordenada, las navajas de afeitar —llenas de sangre— sobre la mesita de noche; escucho mi respiración mientras mi cuerpo yace en el agua de la bañera. Seguir leyendo