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Por: Elko Omar Vázquez Erosa
En su ensayo La decadencia de la mentira el maestro Óscar Wilde, a quien no nos cansamos —ni nos cansaremos— de citar, afirma: “Ningún gran artista ve las cosas tales como son en realidad. Si las viese así dejaría de ser un artista”[1]. Más adelante agrega: “si desea usted ver un efecto japonés, no vaya como turista a Tokio. Por el contrario, quédese usted en casa y entréguese de lleno a la obra de ciertos artistas japoneses, y entonces, cuando haya usted asimilado el alma de su estilo y captado su visión imaginativa, vaya una tarde a pasearse por el Parque o por Piccadilly, y si no ve usted allí efectos absolutamente japoneses, no los verá en ningún otro sitio”[2]. Seguir leyendo