Por: Elko Omar Vázquez Erosa
Pesando las mil libras acordadas
como rescate de oro
los ilustres romanos
acusaron al rey de los senones
de vil y chapucero:
argumentaban que había trucado,
con asombroso descaro, las pesas.
¡Ay de los vencidos!, exclamó Brennus
al arrojar su espada a la balanza.

Pulsar imagen